West Indian Coffee: Redefiniendo el futuro del café

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El aroma del café, intenso y dulce, es el marco perfecto e insoslayable de una entrevista con Cynthia Muiños o Cyn -como la conocen en el ambiente del cafe-, CEO de West Indian Coffee, una empresa dedicada a la venta de insumos para café de especialidad, un ámbito tradicionalmente liderado por hombres, pero que ella supo doblegar gracias a su fortaleza extraordinaria, generosidad y buena energía.

Su historia es la historia de un sueño que compartió con su hermano, Leonardo. “West Indian Coffee fue una quimera que comencé abrazada a Leo, quien supo ser referente técnico en el mundo del café, un profesional apasionado como pocos y fanático de la infusión más amada. Fue de él la iniciativa de comenzar a trazar una senda propia en el mundo del café”, relata con profunda emoción Cyn, porque el destino no siempre es benévolo, y después de la pandemia y la parálisis económica llegó la tragedia que hizo que, tras un accidente, Cyn quedara sola con la misión de lograr los objetivos que habían pactado juntos.

Y lo materializo, porque hoy, West Indian Coffee se dedica a la comercialización de las máquinas cafeteras Iberital y molinos Fiorenzato, además de ofrecer herramientas, accesorios para baristas, vajilla de especialidad y métodos para cafés filtrados. Eso no es todo, también cuenta con un área de capacitación de primer nivel, y ofrece asesoramiento integral en el armado de nuevas cafeterías: “Contamos con un post venta integral que incluye seguimiento de clientes, equipo técnico oficial y muchos otros servicios”, asegura Cyn que con su empresa se presentó, por primera vez y con excelentes resultados, en “Exigí Buen Café”, la única feria de tecnología, industria y productos de cafés de calidad de Argentina que se realizó en agosto por 8va en el Four Seasons Hotel.


- Cynthia, ¿cuáles fueros tus primeras incursiones en el negocio del café?

West Indian Coffee nació de forma muy natural. Durante muchos años me ocupé del área de Comercio Exterior de una empresa de venta de equipamientos y repuestos para maquinaria cafetera y un día, el dueño de un pequeño tostadero de café de especialidad se acercó a mí luego de golpear, sin éxito, muchas puertas. En ese momento nos dimos cuenta de que existían muchas personas con grandes sueños, pero también con inmensas dificultades  para concretarlos.  Por otra parte, en mi caso, escuché por primera vez con atención el término ‘’café de especialidad”. Descubrí, entonces, que había en esta esfera una necesidad general, una demanda no satisfecha y un mercado potencial.


- ¿Y entonces?

Y entonces, llegó la pandemia y la economía se volvió tan frágil como impredecible, por lo que se me ocurrió ofrecer ayuda ante una realidad donde los negocios comenzaban a caer de forma imparable. La pandemia fue la época más difícil, me sentí muy conmovida y sensibilizada por los proyectos de los pequeños emprendedores y me hice parte de cada anhelo. Quise ayudar a las cafeterías y tostaderos chicos. Me di cuenta de que todos necesitábamos contención. Eran tiempos complicados y traté de llevar certidumbre y un poco de ayuda a través de un negocio que es sólido hasta el día de hoy. Una de las ideas que tuve fue la de importar vajilla para cafeterías y venderlas al costo. Fue entonces que empezamos a barajar la posibilidad de proyectarnos hacia este segmento del café de especialidad. Sabíamos que estaba en auge y confiábamos en que, más allá de la crisis sanitaria que desató el Covid, iba a haber un resurgir. Descubrimos, así, un gran potencial en la calidad de dos grandes marcas de equipamiento, Iberital y Fiorenzato, que hasta el momento no habían tenido el impacto que creíamos merecían en el mercado cafetero nacional y confiamos en ellas para lograr la gran repercusión que esperábamos y obtuvimos. 

 

- ¿Tenías experiencia previa en este ambiente?

Me especialicé durante seis años en Administración de Empresas y Comercio Exterior  y, sin dudas, mi desempeño laboral anterior me facilitó mucho las cosas, dado que el del café es un ámbito muy difícil. Más allá de esto, mi gran impulso siempre fue la plena confianza que tengo, no solo en mí, sino en todo el equipo que me acompaña, principalmente Elías Irurzun, Head de la compañía. 

 

- ¿Cómo se manejan en este contexto de inflación galopante?

Creemos que hay dos enfoques a la hora de vender: una es por dinero en función del negocio y la otra es con el corazón, gestionando para la gente y sus proyectos. Nuestro negocio es a pulmón, y una de nuestras bases principales tiene que ver con los valores humanos.  Más allá de lo económico, que es necesario, cada uno de los que integra nuestro equipo está muy inmerso en la realidad de los clientes, de sus emprendimientos, de sus sueños. Así, comenzamos aplicando una ingeniería compleja para un deseo muy valioso que tenemos, que no es otro que tratar de mantener los precios sin dejar de ofrecer el mejor servicio y seguimiento post venta. Nuestros productos son, en cuanto a calidad, muy superiores al precio que tienen y, a pesar de la inflación, son accesibles porque intentamos reducir nuestros costos para poder ser más rentables para los clientes.


- ¿Cuáles son los objetivos que proyecta la empresa a mediano y largo plazo?

Estamos en vías de expandirnos. Queremos que, además de ser un sitio de venta, nuestro espacio ofrezca una experiencia, donde los clientes vengan a conocer sobre el café y a aprender sobre el equipamiento que están adquiriendo, donde puedan experimentar con las máquinas y comenzar a sentirse seguros respecto del uso de sus equipos. A largo plazo, pretendemos consagrar la marca y expandirnos hacia el mercado internacional.

 

- Cynthia, ¿qué reflexión podés hacer sobre el trayecto que hasta ahora has recorrido?

Hay una frase que se volvió muy popular dentro del ambiente y que me genera una mezcla perfecta entre gracia y emoción. Cuando alguien abraza un nuevo proyecto relacionado con el café de especialidad, esa persona escucha, tarde o temprano, una frase: ‘‘Habla con Cyn''. Eso me susurra al oído que siga por este camino, y esa confianza que se deposita en nosotros es el tesoro más valioso que nos impulsa, constantemente, a seguir adelante.

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